Enfermedad de Lyme o Borreliosis
La borreliosis canina, o enfermedad de Lyme, es producida por una bacteria que se transmite a través de las garrapatas del género Ixodes.
Si es tratada precozmente es fácil de combatir, pero, en caso contrario, pueden presentarse complicaciones para la mascota.
¿Cómo se transmite la Enfermedad de Lyme o Borreliosis?
La bacteria Borrelia burgdorferi causa esta enfermedad y pertenece al género de las espiroquetas.
Otras bacterias del mismo género son la Borrelia mayonii, la Borrelia garinii y la Borrelia afzelii.
El contagio se produce cuando la garrapata ha picado a ratones o venados en los campos y posteriormente pica o se engancha al perro, entonces le transmite la bacteria, lo que sucede especialmente en los meses más cálidos.
Debes saber que los perros presentan serología positiva para esta enfermedad en un alto porcentaje. Esto significa que ha estado en contacto con la bacteria pero que no se han enfermado. En estos casos, el sistema inmune ha podido eliminarla, pero no siempre es así, otras veces el animal enferma de la enfermedad de Lyme o Borreliosis
En España
En España no hay estimaciones oficiales del número de casos anuales, pero debido a que la Borrelia está extendida por toda Europa, extrapolando los datos se podría hablar de entre 40.000 y 50.000 casos anuales –
Sin embargo en las zonas endémicas de Europa, las especies de B. burgdorferi circulan entre las garrapatas de la especie Ixodes ricinus, ampliamente distribuida en la península ibérica, y sus huéspedes vertebrados, incluyendo muchas especies de pequeños mamíferos y aves, que son los principales huéspedes de alimentación de las larvas y ninfas.
Las garrapatas adultas generalmente se alimentan de animales más grandes como ciervos, ovejas y otros ungulados de gran tamaño, que no son competentes para la Borrelia, pero ayudan a mantener la fase reproductiva de las garrapatas.
Cuando saltan a otro huésped, como el perro, le transmiten la infección a través de su picadura.
Borreliosis o enfermedad de Lyme
Los principales signos o síntomas de la enfermedad de Lyme se presentan progresivamente días o semanas después de la picadura.
En primer lugar, aparecen síntomas generales: fiebre con escalofríos, inapetencia, cansancio o falta de energía y desánimo.
Posteriormente aparecen inflamación y deformación de las articulaciones. Esto puede generar cojera y una marcha rígida con el lomo arqueado. La cojera puede presentarse en una pata y luego migrar a otra y ser recurrente.
Otros síntomas pueden ser dolor al tacto por inflamación muscular generalizada, dificultad para respirar y ganglios inflamados.
En la fase crónica existen lesiones en varios órganos y sistemas. Por este motivo puede presentarse carditis o inflamación del músculo cardíaco. Puedes percibir esta enfermedad pues se presenta con un ritmo cardíaco irregular.
También aparecen problemas renales como glomerulonefritis, lo que puede llevar a insuficiencia renal potencialmente mortal. Esta se manifiesta con vómitos y diarrea, aumento del volumen de orina y sed. También puede aparecer retención de líquidos en las patas y bajo la piel.
Como verás la existencia de garrapatas en el perro puede llegar a ser mas seria de lo que aparenta.
Tras una infestación de garrapatas y tras su eliminación si notas algún tipo de síntoma por muy leve que sea, acude a tu veterinario un diagnóstico temprano te evitará muchos problemas.
Pruebas y exámenes para la detección de Lyme
Se puede hacer un análisis de sangre para verificar la presencia de anticuerpos contra la bacteria que causa la enfermedad de Lyme.
El que se utiliza con mayor frecuencia es el ELISA para la enfermedad de Lyme.
Los resultados se confirman mediante una inmunotransferencia (Western blot).
Sin embargo, tenga en cuenta que en las etapas iniciales de la infección, los exámenes de sangre pueden ser normales. De igual manera, si lo tratan con antibióticos durante la etapa temprana, su cuerpo podría no producir suficientes anticuerpos para que los exámenes de sangre puedan detectarlos.
En áreas donde la enfermedad de Lyme es más común, su veterinario puede diagnosticar la enfermedad de diseminación temprana (etapa 2) sin hacer ningún examen de laboratorio.
Tratamiento de la Enfermedad
Tratamiento de la enfermedad de Lyme
Los profesionales veterinarios podrán diagnosticar la borreliosis canina realizando un examen físico, así como análisis de sangre y orina. El ultrasonido y la serología están indicados también.
Es importante que el propietario de la mascota describa previamente los síntomas que haya detectado.
El tratamiento más inmediato es la eliminación de cualquier garrapata adherida a la piel. Por lo tanto, debes tirar de ella con suavidad y firmeza antes de que la bacteria pase a los tejidos.
Para ello, es conveniente revisar al animal y retirarle las que pueda tener después de pasear por arbustos y pastizales.
Es importante que la garrapata no permanezca más de un día adherida a la piel.
También es posible usar un producto repelente para estos artrópodos. Puede ser en polvo, en pipetas o colocándole un collar.
En caso de que se diagnostique la enfermedad en fases tempranas, el tratamiento de elección es administrar antibióticos.
Los que se usan más frecuentemente son doxiciclina, amoxicilina o cefalosporinas. La duración del tratamiento es de un mes. En ocasiones pueden presentarse recaídas que requieran un segundo ciclo.
Para la inflamación y el dolor se utilizan antiinflamatorios no esteroideos como el naproxeno. Los esteroides no se recomiendan pues hay riesgo de que causen la diseminación de la bacteria.
La borreliosis canina es una enfermedad potencialmente grave que puede evitarse con métodos preventivos.
Comparte este artículo sobre la Borrelosis y Lyme si fue de tu interés