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La luxación de rótula o rotuliana es una de las enfermedades ortopédicas más habituales en perros y se diagnostica en un 7 % de los cachorros.
La enfermedad afecta principalmente a los perros de razas pequeñas, especialmente razas como boston y yorkshire terriers, chihuahuas, pomeranias y caniches miniatura entre otras.
¿QUÉ ES UNA LUXACIÓN DE ROTULA?
La rótula ( un hueso incluido dentro del tendón más grande de la extremidad posterior, el tendón del cuádriceps) está en condiciones normales “encajado” entre dos paredes verticales de hueso ( las crestas trocleares del fémur), que permiten el movimiento de arriba abajo ( el que se produce cuando el animal flexiona y extiende la rodilla), pero no el movimiento de la rótula saltando esas crestas trocleares.
En una luxación de rótula (dislocación) la rótula se desplaza fuera del surco femoral al flexionar la rodilla.
Puede caracterizarse además como media o lateral, dependiendo de si la rótula se apoya en la cara interior o exterior de la rodilla respectivamente.
Cuando de forma congénita (desde el nacimiento) o traumática esa rótula salta la cresta medial (interna) o lateral (externa), se produce una luxación de rótula medial o lateral respectivamente.
La luxación de rótula raramente se origina por una lesión traumática de la rodilla, que provoca una cojera intensa y una erupción de la extremidad.
Sin embargo, la causa precisa de una luxacion de rótula o totuliana sigue estando poco clara en la mayor parte de los perros y probablemente se deba a múltiples factores.
El surco femoral en el que se apoya normalmente la rótula es habitualmente poco profundo o está ausente en los perros con luxación de rótula no traumática.
Importancia de la LUXACIÓN DE ROTULA
Si la rótula se “sale de su sitio”, es decir, se luxa, el animal experimenta diferentes grados de cojera, desde pequeños saltitos intermitentes sobre la extremidad afectada hasta verdaderas cojeras de no apoyo.
Esto ocurre porque la rótula se lleva con ella todo el tendón del cuádriceps, es decir, el que gobierna la mitad de la musculatura que rodea la rodilla.
Junto con este problema de falta de funcionamiento correcto del cuádriceps, hay otros problemas asociados, sobre todo en el caso de la luxación de rótula congénita.
Concretamente suelen tener deformidades en la cadera, en el fémur, en la tibia y en el tarso ( tobillo).
Como la severidad de todas estas deformidades es variable según el paciente, no todas las Luxación de rótula son iguales, por lo que se dividen en 4 grupos: LR Grado I, II, III y IV.
- Grado I, sería aquella en la que la rótula se luxa muy de vez en cuando, y cuando ocurre, basta empujarla hacia su sitio para que aguante en él hasta la siguiente luxación.
Las deformidades óseas son prácticamente inexistentes y la cojera o no existe o es mínima.
- Grado IV, por el contrario, es aquella en la que la rótula está permanentemente luxada y es casi imposible devolverla manualmente a su sitio original.
Las deformidades de cadera, fémur y tibia son severas y la cojera suele ser de no apoyo y contínua
Las luxaciones de rótula que no provocan ningún síntoma se deben controlar, pero normalmente no justifican una cirugía, especialmente en perros pequeños.
La cirugía se considera más frecuente en los casos de grado 2 y superiores .
El tratamiento quirúrgico de la luxación rotuliana es más difícil en perros de razas grandes, especialmente cuando se combina con enfermedad de los ligamentos cruzados anteriores , displasia de cadera o angulación excesiva de los huesos largos.
¿COMO SABER SI MI PERRO TIENE LR?
En primer lugar, el propietario ya puede sospechar la existencia de una LR basado en la forma de cojear y en la raza y edad de su perro:
Suelen comenzar a dar como pequeños saltos “ a la pata coja”, sobre todo al subir escalones o bordillos de aceras, aunque al poco rato vuelven a apoyar la rodilla normalmente.
Si se les manipula la rodilla afectada, se pueden detectar crepitaciones o crujidos de la rótula al entrar y salir del surco troclear.
Asimismo, suele tratarse de perros de razas pequeñas ( sobre todo caniches, Yorkshires, Malteses, Pomeranian, etc), que empiezan a dar problemas antes del primer año de vida.
También las razas grandes ( sobre todo Mastines, Dogos, Terranovas…) tienen un tipo especial de LR, la lateral.
Aún asi, la luxación de rótula puede aparecer en CUALQUIER TIPO DE RAZA Y EDAD, por lo que ante la sospecha el veterinario traumatólogo tiene que hacer un examen completo de la rodilla.
Se debe confirmar el diagnóstico de luxación de rótula con una manipulación básica, y luego cuantificar las deformidades que acompañan la luxación de rótula en el resto de los huesos de la extremidad con una radiografía.
Es especialmente importante este paso, ya que la solución quirúrgica dependerá de estas deformidades, como veremos más adelante.
También es importante descartar que no haya una lesión concurrente ( simultánea) de rotura del Ligamento cruzado anterior, ya que en muchos casos de LR, este ligamento se va forzando hasta que acaba en una rotura total o parcial.
Luxación de Rótula
La luxación de rótula no se resuelve espontáneamente ni con vendajes o antiinflamatorios, sino con cirugía.
Si los síntomas de cojera son leves y ocasionales en muchas ocasiones el animal no se opera sino que se le mantiene con una actividad limitada y revisiones periódicas para que la luxación leve ( Grado I), no evolucione a Grados II, II o IV.
En Grados de luxación II y III, se recomienda la intervención aunque la cojera no sea muy marcada, ya que la rótula al luxarse y reducirse ( salir y entrar) puede acabar ulcerándose y desgastándose por el roce contra el surco troclear del fémur ( hay que darse cuenta que ese movimiento de rozamiento de hueso contra hueso puede repetirse cientos de veces al día).
Una vez que aparezcan esas úlceras la cojera se agravará y en muchos casos serán irrecuperables.
En el Grado más avanzado ( IV), la extrema deformidad de fémur y tibia hacen que en ocasiones sea imposible la cirugía o que se desaconseje por su mal pronóstico.
Las técnicas quirúrgicas que el traumatólogo puede usar para resolver la LR son muy variadas, y deben valorarse de forma individual para cada caso, por lo que la experiencia del cirujano es muy importante.
Pueden ser necesarias una o varias de las siguientes estrategias para corregir la luxación rotuliana:
- Reconstrucción de los tejidos blandos que rodean la rótula para aliviar el lado hacia el que se está apoyando la rótula y fortalecer el lado opuesto.
- Profundización del surco femoral, de modo que la rótula pueda asentarse de forma profunda en su posición normal ; esto puede lograrse mediante distintas técnicas.
- Traslado de la cresta tibial , la protuberancia ósea a la que se une el tendón de la rótula bajo la rodilla (ver resumen). Esto ayudará a realinear el cuádriceps, la rótula y su tendón.
- Con frecuencia, es necesaria la corrección de los fémures con forma anómala, en casos en los que la forma anómala del fémur provoca un ángulo de la rótula que la mantiene luxada la mayor parte del tiempo o siempre. Este procedimiento implica cortar el hueso, corregir su deformidad e inmovilizarlo con una placa ósea
Cuidados Posteriores
El cirujano veterinario que haya operado a la mascota será el más indicado para asesorarle y establecer un plan de tratamiento postoperatorio personalizado.
Más del 90 % de los propietarios están satisfechos con el progreso de su perro después de la cirugía .
El pronóstico puede ser menos favorable en perros grandes, especialmente cuando la luxación de rótula se combina con otras anomalías, como una angulación excesiva de los huesos largos o displasia de cadera.
- La reaparición de la inestabilidad de la rótula es poco frecuente.
- La migración o rotura de los implantes quirúrgicos utilizados para mantener los huesos en su posición y las infecciones se producen con poca frecuencia.
Si se diagnostica y trata a tiempo, el pronóstico de la luxación de rótula es muy bueno.
Salvo en casos muy extremos, el animal deja de cojear y se puede controlar la re-luxación de la rótula y las deformidades óseas, siempre que las técnicas elegidas sean las correctas.
A largo plazo la rodilla puede sufrir artrosis, pero casi siempre es en grado leve y perfectamente controlable incluso sin medicación.
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